viernes, julio 29, 2005

HI-FI

Las personas más desgraciadas suelen tener un exquisito gusto para el pop , una pasión que puede hacerte infeliz y terriblemente melancólico, en persecución constante de emociones intensas ,besos que tengan cuerdas al fondo y días , horas, quince minutos que den para escribir una canción ,o para poder escuchar una de tus favoritas y pensar ,Dios!!! aquello mismo me sucedió a mí.
Puedes escuchar una canción y sentir tanta emoción que guardarla en el armario parezca una tragedia y salir a la calle en busca de un chico para tratar de enamorarte y sentir que sí, si es posible, que dos almas se encuentren así, de un chispazo, en una estación de metro, en la parada del autobús o la cola del super.
Tienes encendido el discman ,suenan palabras babosas , le miras y él te mira, pensando “qué idiota” pero quieres imaginar que él está escuchando los mismos te quiero que tú. Imaginas mal .
Al volver a casa recorres la colección de discos con la vista y te sientas entre vinilos de segunda mano, presintiendo que algún día llegará ese momento en que la eternidad parezca corta y ese chico que entenderá por qué te importa tanto la música.
De momento, hasta entonces, te sientes la mujer más patética del mundo, incluso cuando él parecía la persona más indicada , no la perfecta, ( sólo la más indicada ) para compartir un porvenir donde la armonía no fuese mas que cuestión de entender ,conversar y ceder de cuando en cuando.