La capital del dolor
Como Lemmy Caution fugándome de mi Aphaville particular …huyendo de la dictadura de las emociones, la misma que acaba convirtiendo el sentimiento en un flujo de corrientes sadomasoquistas. Lugar inhóspito para seres imaginativos e hipersensibles, con una enfermedad, que por alguna extraña razón les permite reabsorber dopamina y no parecen estar hechos para la felicidad.
LA IGUALDAD DE LOS SEXOS
Tus ojos han vuelto de un país despótico
Donde nadie jamás supo lo que es una mirada
Ni conoció la belleza de los ojos,
belleza de las piedras,
La de las gotas de agua, de perlas en alacenas,
Piedras desnudas y sin esqueleto, oh estatua mía,
El sol deslumbrador te hace de espejo
Y si finge obedecer a las potencias de la noche
Es porque está cerrada tu cabeza, oh estatua abatida
Por mi amor y por mis ardides de salvaje.
Mi deseo inmóvil es tu último apoyo
Y te llevo sin batalla, oh imagen mía,
Diestra en mi debilidad y presa en mis cadenas.
Paul Éluard ( La capital del dolor)
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home