sábado, septiembre 17, 2005

Cantar por cantar.



A cubierto, por si acaso la lluvia de ranas , me irrumpe como una plaga laica de contundentes efectos.
Va siendo hora de cambiar el telescopio, por la bola de cristal, me veo como un corredor de fondo, algo que aniquila emocionalmente, donde sabes que debes recorrer una cierta distancia, antes de tomar el último aliento, aunque sea para morir de pie.
No importa, en las películas de Pasolini también tenían lugar los milagros, aunque eso quizás sólo sea una necesidad de consuelo.
La vida no da respuestas sencillas, en eso consiste… risa amarga y seriedad divertida.