domingo, noviembre 13, 2005

Solaris



Hary: En cuanto cierro los ojos,
me olvido de mi rostro. ¿Y tú?
Kris: ¿Qué?
Hary: ¿Te conoces a tí mismo?
Kris: Como todas las personas...

Solaris, de Andrei Tarkovski ,una preciosa película que habla de un error, de una catástrofe, de algo que nunca debería haber ocurrido, de la dualidad de la vida, del amor, como el camino más perfecto hacia la infelicidad, como ese placer que sólo los extraños, los ignorantes, los desconocidos, pueden disfrutar sin acercarse a la muerte.
¿No puede suceder que aquella persona, hombre o. mujer, llamada a complementar nuestro deseo y pasión, forme parte de otra época y de otra geografía, o proceda de un tiempo y de un espacio que no nos son contemporáneos?

Todo comienza con la expedición de Kris,un psiquiatra, a la orbita oceánica Solaris ,donde se encontrará con el resto de la tripulación de la nave .
Un viaje que será más lisérgico que galáctico, en el que se enfrenta a la búsqueda de la claridad, en un universo invisible sin fronteras entre lo real y lo irreal, en el momento que allí aparece su “mujer”, Hary, “fabricada” en Solaris.
Hary no vive en las tinieblas porque nunca ha visto esas tinieblas y parece más lúcida que los demás, incapaces de interpretar esa realidad que, sin embargo, conocen.
Como aquellos replicantes de Blade Runner, es completamente idéntica a su original, posee sus recuerdos, la personalidad, y todas las características físicas y psicológicas de su original... salvo que es consciente que “no es” la original.
Todo esto constituye un drama psicológico para Kris y como no está la altura de sus sueños no sabe si desprenderse de ellos...se plantea un dilema, qué hacer con Hary cuando advierte que se va haciendo autónoma de su amada original?

Esta película, me ha hecho pensar en Kant el cual, separa la “cosa en sí” de las “cosas tal y como aparecen en nuestro conocimiento”, es decir, de los fenómenos.
Sólo se conocen los fenómenos, nunca las cosas tal como son.
Pero antes de que me ponga en plan pedante a filosofar..si somos jóvenes, atractivos, inteligentes e inmortales...¿qué importa que no seamos nosotros?

Audio: Cosmic Rough Riders-“Life in Wartime