viernes, octubre 07, 2005

ICARO




Para el sábado, el mismo el mismo menú que el viernes.
Pero no era una repetición.
Era el inicio de un hábito.
Como un buen discípulo de Icaro,
imagen del ángel, pero no el ángel.
Castigado por pretender imitar a los dioses
haciendo realidad el sueño de volar.
Icaro caído en tierra, un hombre sin sueños.
Obligado a la renuncia, condenado al suelo.
Con los tobillos sujetos por argollas invisibles.
El misterio está en su huida.
La huida está en el tiempo.
El tiempo está colgando de una dimensión desconocida.


Lori Meyers-“El aprendiz”