lunes, septiembre 19, 2005

Los placeres tristes.

A Kim ki-duk le gusta el agua, como lluvia de media tarde, así de leves son algunos besos.
Hierro 3, es el palo de golf más largo del set, mucho más que una pieza metálica en esta película que llega con violencia, con ternura, como un hacha.
La soledad compartida.
Dos barcos a la deriva condenados a chocar en un océano urbano.
Los silencios de una cama revuelta.
La llegada a un lugar que ya no se puede abandonar.
El encuentro con alguien al que atarse para siempre. Un lugar dulce y terrible a la vez: el lugar de la belleza sin nombre.
Las coordenadas espacio-tiempo confluyen en un punto desconocido, habitables únicamente por estas dos figuras fantasmagóricas.